Saprissa tropezó, y lo hizo feo. En un partido donde se esperaba que los morados confirmaran su buen arranque en el Torneo de Apertura 2025, el equipo mostró su versión más desconectada y cayó 2-0 ante un Cartaginés que no perdonó. Más que una simple derrota, fue un llamado de atención.
El equipo tibaseño llegó al estadio “Fello Meza” como favorito, tras dos victorias en fila. Pero desde el primer minuto se vio incómodo, predecible y sin ideas claras. El medio campo fue superado, la defensa se mostró lenta y la ofensiva nunca encontró espacios.
Al minuto 24, Christopher Núñez abrió el marcador con un gol que reflejó lo que ya se veía en la cancha: un Saprissa lento, sin intensidad y mal posicionado. El golpe se sintió, pero lo peor estaba por venir. En el último suspiro del primer tiempo (45+4), Johan Venegas aumentó la ventaja para los brumosos con un gol que fue más que un número: fue un retrato de la pasividad defensiva saprissista.
Para el segundo tiempo, no hubo reacción real. Cambios sin efecto, posesión sin profundidad y un equipo que simplemente no pudo. En el cierre del partido, Claudio Montero selló el 3-0 al minuto 90, mientras los locales celebraban y los morados se iban en silencio, sin respuestas ni argumentos.
Esta derrota no solo corta el invicto de Saprissa, sino que deja preocupaciones serias. El equipo careció de liderazgo en la cancha, y la falta de actitud en momentos clave fue evidente. No hubo intensidad, ideas, ni reacción. Y eso, en un club como Saprissa, pesa más que el marcador.
El torneo apenas empieza, sí, pero partidos como este muestran que el camino al título no será automático. El equipo deberá corregir rápido, recuperar la identidad que exige su historia y entender que con la camiseta no se ganan partidos.
Porque en Cartago, Saprissa no solo perdió. Fue superado.